jueves, 1 de marzo de 2012

¿POR QUÉ PEGAN LOS NIÑOS? CREENCIAS SOBRE LA AGRESIVIDAD IN-FANTIL.

¿POR QUÉ PEGAN LOS NIÑOS? CREENCIAS SOBRE LA AGRESIVIDAD INFANTIL.
El niño y la escuela se encuentran insertos en una sociedad organizada y semicaótica; de otra parte el niño es un individuo, y grupalmente, es un colectivo, con comportamientos antropológicos correspondientes a la especie humana; sus comportamientos tienen un originario y un formativo, primordialmente de supervivencia e históricamente de progreso humanístico. El niño es una ontología y vive en unas circunstancias que las imponen las leyes naturales o las causa el mismo hombre con sus decisiones, conductuales y políticas, es un ser biológico, psicológico y con filosofía de vida que hace de él I en su gestión histórica un procreador de vida o un heraldo de muerte dentro de la cultura que se crea como hogar supervivencial y de desarrollo.
Las tensiones de la relacionalidad del ser humano neonato con su medio físico y sociológico detonan respuestas somático fisiológicas, psicológicas o de inteligencia mental, que le permiten seguir gestionando con éxito fisiológico. Se podría hablar de una violencia relacional o de una paz relaciona) necesaria a guardar esos equilibrios que llamamos justicia o derecho o condiciones de vida digna y sostenible.
Las respuestas asertivas de conservación de la vida definitivamente no son agresiones, podrían ser violencias de auto sostenimiento, una moción de las sinergias fisiológicas y psicológicas que producen los equilibrios existenciales en Gandhi las "resistencia" revolucionaria.
La autodefensa biológica e ideológica, no son agresividad, como si lo son el ataque voluntario y gratuito y artero dado por el des manejo de las pasiones abusivas egoístas o el desembalse adrenalínico de la víctima acorralada. Las violencias se trastocan en agresivas, cuando el desafío es excesivo, ya por las injusticias ya por los traumas congénitos o provocados sospechosamente siempre provocados.
E niño no es naturalmente agresivo, su naturaleza no lo hace por sí agresivo, la agresividad sucede en él como una respuesta a las violencias que recibe de sus entornos familiares y sociales, el niño asimila, absorbe, como suele suceder con los más débiles pasibles de la violencia de la sociedad, por un lado de las masacres omnímodas de las injusticias holísticas, mas exponencialmente socioeconómicas y por la mentalidad violentista que recibe de los formadores de la mentalidad: la educación sociocultural y escolarizada como la propaganda alquilada que difunden los medios en todas las expresiones comunicacionales (violencia mediática)
La agresividad es más que función o disfunción somática, es una mentalidad aprendida, un modo conductual inducido y provocado. La libertad de expresión de la violencia no tiene coto, ni siquiera un desmontaje científico e ideológico de sus propósitos y una ubicación de sus autores; el libertinaje de la prensa, de la literatura, de los audiovisuales violentos tiene patente de corso, incluso en los foros educativos de manera subyacente.
Las políticas de los estados suelen ser totalitariamente violentas y donde se ejecuta o siembra violencia se cosechará indefectiblemente, fatalmente, agresividad en todas sus formas y niveles.
De donde se generan los niños agresivos, se generan de las familias violentas y agresivas, de la sociedad violenta y agresiva, de los poderes gobernantes vientos y agresivos, del EGOÍSMO, DE LA CODICIA SIN LÍMITES, DE LA COMPETITIVIDAD INESCRUPOLULOSA, de la ausencia significativa o total de la solidaridad y de la cultura del deber, de la solidaridad y del servicio.
La axiología es el antídoto a la violencia y la agresividad, la educación axiológica es la partera de la paz y convivencialidad justa y armónica.
El viejo y siempre vigente axioma "Las palabras mueven el ejemplo arrastra" nos dan entender que los valores no se enseñan, los valores se experimentan por los ejemplos sociales del medio en que se vive. No se puede interiorizar educativamente la honestidad, si la experiencia la desmiente porque el éxito lo da la corrupción.
¿Cuantos hechos de violencia o apología de la violencia en la calle y en los medios de comunicación el niño ve, experimenta o sufre? Su frecuencia, redunda al segundo, durante toda la jornada de vigilia, y este bagaje colmata la mente del niño dejando espacios ínfimos para los buenos sentimientos y el valor fundante del amor.
La tentación más fácil y frecuente en la sociedad y en la escuela es reprimir al agresor, al trasgresor, sin tocar los orígenes y causalidad que motiva la agresividad, hoy la sociedad exige castigo, penas severas, más policía, represión, venganza, pero nadie quiere renunciar al egoísmo, a la indiferencia a la injusticia causal de la violencia y agresividad ni a la propaganda omnímoda de la violencia, se siembra cizaña y se quiere cosechar trigo, eso es un imposible.
Un niño agresivo, probablemente es un niño herido, requiere de una terapia tanto de su persona como de su medio. El maestro no debe sumar más violencia sobre el niño agresivo, debe ser evaluado y tratado pedagógicamente y si amerita el caso, psicológicamente, y ayudarlo en sanar sus heridas psicosomáticas y mentales -criteriales. La sociedad tiene que ser también "teraperizada"; eso corresponde a otras instancias, a ella misma.
Hay que distinguir entre conductas de afirmación, de defensa de su persona y estima, de la agresividad por "mala costumbre" o la agresividad por etiología patológica. El o la docente, tienen que estar capacitados en una evaluación diagnóstica temprana de sus educandos, para el tratamiento pedagógico del problema, o en caso de ser la agresividad de índole patológica tiene que tener la posibilidad ineludible de derivar al niño para un tratamiento especializado del psicólogo o el médico psiquiatra.
En la violencia y en su derivación concreta en agresividad hay que considerar dos fuentes originarias una congénita que de viene de la antropogenesis, u origen esencial del hombre y su experiencia milenaria en la historia, donde los reflejos y las tendencias atañen a un tipo de evolución psico-fisiológica de supervivencia y procedencia en desarrollo, que implican actitudes cuasi reflejas de defensa u opción por la vida en este caso los vestigios o visos de violencia o agresividad son normales pero hay que modularlos, madurarlos para unas relaciones humanas "correctas" en una sociedad humana civilizada.
El originario de la naturaleza humana que tiende a desmanejarse según el concepto de cultura es connatural a la naturaleza humana dada y el ordenamiento, encausamiento y proyección de estas fuerzas corresponden a la educación; el conócete a ti mismo y a los demás es lo que humaniza las relaciones humanas desmarcándolas de unas interrelaciones salvajes.
La otra fuente de formación del niño son los patrones que da el medio; dado que el aprendizaje inicial se da preponderantemente por imitación las conductas agresivas se adquieren por reproducción imitativa o de copia de lo que se ve y se experimenta integralmente en el medio en que se vive,
Si lo que el niño experimenta es violencia que satura no solo el real mundo en que vive, sino agrandados o caricaturizada, por los diarios la televisión los carteles, y todos los medios de información que impactan sobre el alma o mente del niño, es patrones de violencia y agresividad; mellan al niño entonces la agresividad consciente o inconscientemente es un aprendizaje social, aquí el docente tiene que descubrirle al niño mayeuticamente y racionalmente la CONCIENCIA MORAL Hoy lo que la educación y cultura de los pueblos más ha descuidado es la formación de la conciencia moral de las personas, obnubilado por el cientifismo a olvidado las calidades del ser humano. Un ser sin conciencia, sin conciencia moral es un monstruo así este dotado de capacidades científicas y tecnológicas que le darán los insumos cada vez de mas poder de un poder peligroso, porque es un inconsciente un ser que puede desbocarse pos sus pasiones porque no tiene el dominio de sí mismo, o por que puede ser utilizado por la parafernalia de la manipulación de las conciencias individuales y colectivas por los medios subliminales de grupos de poder que valiéndose de los avances en los conocimientos neurológicos y psicológicos pueden hacer del ser humano un títere o una masa.
La Toma de conciencia, el desmontaje ideológico, la filosofía del proyecto humano, el conocimiento psicológico de las conductas humanas la religión que aporta los patrones del valor dignidad moralidad humana, no se pueden prescindir en la educación, a no ser que se quiera formar de los humanos robots. No se puede comprender que se llame educación humana a proyectos educativos nacionales en los que se ha extirpado la filosofía, la psicología, la religión, la moral, en la que los estados consideran a los educandos como cosas y no como personas libres dignas con derechos y obligaciones sociales, valores trascedentes, con proyectos de desarrollo humano integral individual y colectivo trascendentales.
El niño tiene que comprender qué es la violencia, que es y porque se da la agresividad, tiene que descubrir y criticar con juicios de valor y tiene que optar positivamente por un paradigma del bien mayor, en fin tiene que tener una formación en conciencia moral y axiología y así optar libremente por lo que decida. El niño tiene que ser formado en Conciencia Moral, como ha de estar formado en conciencia racional, porque el ser sin conciencia no solo es biota con funciones específicas y delimitadas como es el caso de los animales, sino un potencial ilimitado errático y altamente degradante y peligroso.
Da que pensar el paradigma Cristiano expresado por el Dios Hombre Jesús. "Sean perfectos como mi Padre Dios es perfecto", en el caso de no andar por esa ruta o paradigma infinito, es concurrir a deshumanización, "desdeifícación" infinita, esto es, el sumo mal y sus feroces terribles e inefables consecuencias.
Hay un gran vació en el hombre desde que nace y a medida que avanza la cultura (chatarra) este vació se hace cada vez mayor sociológicamente estamos padeciendo cada vez más de frustración individual y grupal, se ha perdido del sentido del vivir que lo debieran haber plantado y cultivado la familia y la educación.
El vacío del hombre contemporáneo tiende a llenarse de consumismo, de productos comerciales, de placer, de tener, (hedonismo chato) y como nada de eso satisface la grandeza
del hombre, entonces viene el escape la evasión alcohólica, o estupefaciente, el pandillaje la protesta ciega y brutal, en fin el suicidio de la persona inmediata o mediatamente y el homicidio de la comunidad o genocidio destructivo por las conductas antisociales y la delincuencia en todas sus clases y tonos.
La formación en la dignidad moral del hombre, la axiología, la religión antropológica, el redescubrimiento de su SER Y VOCACIÓN ONTOLOGICA es lo único que liberará a los humanos de la autodestrucción como personas y como colectivo.
Actualmente se considera que son imprescindibles en toda empresa, más aún educativa la evaluación; en términos de la formación axiológica del hombre se llama toma de conciencia, examen de conciencia y el correctivo metanoia o cambio de mentalidad, religiosamente hablando conversión, y esta es una tarea permanente y progresiva del principio al fin del hombre.
La formación de la conciencia moral y el trabajo de la moral son trabajo permanente en la educación: inicial, que es cimiento fundante, en la educación regular básica y profesional del hombre. El fruto de la formación moral, no es la no violencia, es la no agresión, pues es necesario y justo violentar la mentira, la maldad, la corrupción y toda suerte de males y n o así violentar o agredir los derechos del débil, del menor, o simplemente del otro por abuso egoísta.
La formación de una conciencia moral y de no violencia abusiva son tarea de la educación global y ambiental pero ante todo es praxis transparente de justicia real.
La formación moral no concurre a formar sujetos anémicos, sin personalidad, esclavos obsecuentes, no, la formación moral concurre a formar personas con auto e Ínter estima, asertivas, dinámicas y defensoras de los derechos propios y ajenos que se hace y hace violencia por el bien personal y común no agrede ni se venga sino "pone las cosas en su sitio".
La pedagogía en todas sus faces de la gradiente educativa, con mayor profesionalismo en la edad inicial, que corresponde a la vida en hogar y educación primaria, debe formar en actitudes de bien, valor, dignidad, paz, en una armonía equilibrada de vida.
La paz, no es la paz de los muertos, sino un valor activo asumido que alimenta nuestras actitudes y conductas, la paz es levadura que leuda de verdad, bien y amor el correlato social, la paz no es anomia sino actitud constructiva, la paz no solo es fruto de la justicia sino una valoración descubierta y asumida, propias del ser y. hacer humanos, que se da por una educación informativa formativa y de ejemplos de vida correspondientes a la esencialidad humana. Si la sociedad sociopolítica y educativa es transgresora de valores, luego violenta, la dignidad del hombre y su meollo ontológico antropológico lo motiva a respuestas correctoras que pueden ser dolorosas, sacrificadas incluso heroicas.
Los educadores de formación inicial deben estar capacitados en descubrir ponderadamente los rasgos de agresividad si están dentro de los parámetros de normalidad o anormalidad y estar hábiles a tratarlos pedagógicamente en cuanto les corresponde o derivarlos a tratamiento especializado.
La agresividad a nivel escolar tiene varias vertientes, daños propios de la historia del sujeto o violencia por imitación "juego" que puede adquirir niveles peligrosos "Bulling" que pueden causar incidentes y accidentes con secuelas... y aún muerte.
Corresponde al educador descodifícar las "modas" que el alumno insume de los medios visuales de comunicación, de la conducta media social, etc. Explicar su posible origen, sus consecuencias y luego determinas las reglas prohibitivas y sanciones; una sanción sin información o concientización previa, es injusta y deficiente en sus resultados correctivos.
La no agresividad se educa y se aprende, lo mismo que la agresividad, asistemáticamente??? se aprende y se repite. Primero hay que formar en la Autoafirmación de la Persona y Personalidad (Auto e interestima) y en correlato de ello en la no agresividad por ser esta una injusticia patente que causa daños. No podemos que los niños estén bombardeados de agresión y que no respondan; hay que formarlos en la asertividad y no en la agresión por razones valorativas, pero no en la pasividad o la aceptación sumisa de los hechos que violentan o agreden a la persona victimizada. Ante las agresiones siempre debe haber respuestas equilibradoras que sienten bases de una auténtica reconciliación. No puede haber reconciliación sin reconocimiento del error, de la culpa, y sin propósito o intención de cambio de actitud, no puede haber reconciliación sobre el desvalor de la falsedad o el engaño.
La Escuela debe formar en una cultura de paz, ante el impacto brutal de la valencia que sufren los educandos, pero fundamentada en la Verdad y el Derecho, no porque sí y en la sin razón.
El mal ejemplo de la violencia y la agresividad cunde y eso un tanto inconscientemente replican los niños, pues hay que hacerlos consientes, pero el convencerlos corresponde a una terapia endógena y exógena porque si el medio no cambia el virus siempre infectará.
La formación religiosa, de cualquier religión básica no manipulada ni degenerada implica una cultura de derecho, por tanto de no violencia ni agresividad, "La Verdad nos hace libres" y no injustos ni menos agresivos, lo cual es una ESCLAVITUD en correlato a la esencia del hombre (hombre esclavo de sus vicios y pasiones).
El ateísmo puede pretender una cultura de paz, pero el vacío o ausencia de trascendencia y superioridad divina del hombre, lo puede llevar más fácilmente al pragmatismo romano y del antiguo mundo "Comamos y bebamos que mañana moriremos" así la necesidad de vida moral y en valores queda relativizada, debilitada a las exigencias mas pragmáticas y cotidianas del capricho y deseo inmediatos, que divorcia fácilmente del bien ajeno, luego un egoísmo que contrae la agresividad de la indiferencia o de la competencia en iniquidad.
El dogma mundano de la competitividad no ayuda a la paz social, ni a una cultura de servicio y solidaridad, sin no al éxito individual basado en una agresiva carrera por tumbar rivales y oprimir o expoliar congéneres.
Una educación por competencias, y no de logro de las mayores capacidades posibles, para la realización de si mismo y de su entorno socio cultural. Una educación para el logro de los mayores estatutos personales para el servicio y solidaridad interactuado y globalizado aún no se comprende. La vocación del hombre, lo que lo realiza, es el servir, el saberse útil, el alegrarse de) bien globalizado, el ser participe y contribuyente de una eclesial o asamblea exitosa. No competimos interdestructivamente, nos esforzamos, superamos, desarrollamos para el bien propio y mutuo eso lleva a una praxis real de la paz y calidad de vida; pero esas filosofías e ideales se extrañan tanto en la formación educativa, que apenan y habría que indagar que esa cosificación y utilitarismo educativo tiene siniestros autores y mentores de los conscientes e inconscientes de su desquiciado rol.
Una educación para el respeto humano, se extraña... ¿cuánto se hace en educación para lograr los objetivos para la valoración de la dignidad de toda persona humana, que es un congénere, un hermano hijo del mismo padre divino en el concepto religioso, con los mismos derechos, con diversidad de dones y talentos complementarios e integrativos? ¿cuánto consideramos al prójimo como un bien y no como un enemigo en la educación pública?
El éxito individual ha de devenir en un éxito corporativo, si no lo fuera así hay una desviación del sentido social del ser humano. Uno no puede aspirar al éxito para explotar o expoliar al congénere, eso sería una lucha de individuos y de clases altamente destructiva.
¿Cuánto nos alegramos del éxito de los otros y del común? Deberíamos alegrarnos se el exitoso tiene por vocación el deber del servicio y la solidaridad, la generosidad no es algo que se pondere en el rating mediático. A todo ello se debe la debilidad social y educativa ante la agresividad si el sinónimo de existo y mayor bien es la competencia por el lucro y el poder para movidos por una codicia megalómana e indefinida. Tal vez esa es la madre del cordero de la mucha violencia y su consecuencia proporcional la agresividad.
La violencia agresiva, es consecuencia de una mala filosofía de vida, luego de una mala educación ambiental y sistemática, que trauman y estigmatizan a los sujetos más tiernos e Inocentes los niños, "preparándolos para ser lobos del hombre".